El rodaje de una película tiene un inconveniente muy inoportuno: implica un coste muy elevado de producción y necesitas que como mínimo los actores permanezcan en el rodaje hasta al final, a riesgo de que en caso contrario tengas horas de metraje que no sirven para nada. No obstante la gente muere, ya saben, cosas que pasan, y a veces ha pasado que un actor ha muerto a mitad de película causando numerosos quebraderos de cabeza. Es por eso que muy a menudo las compañías de seguros se niegan a asegurar rodajes que cuentan con algún miembro del reparto de muy avanzada edad o de salud muy delicada. Un ejemplo: para la mítica película sobre Vietnam El Cazador (1978) el estudio no quería al genial actor John Cazale porque tenía un cáncer en estado muy avanzado, por suerte la presión de sus compañeros de reparto sirvió para que entrara en el reparto y aguantó hasta el final.
No siempre han tenido estas historias un final feliz como éste, y como muestra de ello les ofrecemos los casos de 10+1 actores que murieron en mitad del rodaje de una película, provocando que el sufrido estudio tuviera que acabar el film de cualquier manera.
10) Robert Walker
Si Robert Walker es recordado por los cinéfilos es, en el 95% de los casos, por su magnífico papel protagonista en Extraños en un Tren (1951) de Hitchcock. Por desgracia, Walker sufría de algunos trastornos mentales y de severos desórdenes emocionales que su incipiente alcoholismo no ayudó a solucionar. Y fue así como acabó muriendo a los 32 años a causa de una ingesta combinada de alcohol y calmantes.
Por entonces estaba en mitad del rodaje de un film ferozmente anticomunista llamado Mi Hijo John (1952). Para completarla se tuvieron que utilizar dobles filmados de espaldas y metraje de Extraños en un Tren añadidos de forma más o menos afortunada. Por suerte, según parece igualmente estaba lejos de ser una gran película.
9) Marty Feldman
El cómico inglés Marty Feldman es recordado sobre todo por su papel de Igor (pronunciado «Aigor», recuerden) en la divertida parodia El Jovencito Frankenstein (1974) de Mel Brooks, pero más allá de esa película tuvo una larga carrera sobre todo en la televisión británica, convirtiéndose en un rostro habitual y, por qué no decirlo, harto reconocible para el público.
Murió de un ataque al corazón a los 48 años durante el rodaje en México de una película en la cual seguramente se implicó como favor a su colega, el Monty Python Graham Chapman (que tenía el papel protagonista), y cuyo título ya nos da una idea de su improbable calidad: Los Desmadrados Piratas de Barba Amarilla (1983). Curiosamente murió cuando le faltaba sólo por rodar una escena: la de la muerte de su personaje, que se filmó con un doble.
8) Jean Harlow
Aunque quizá a muchos lectores no les resulte familiar, Jean Harlow fue una de las grandes estrellas de los años 30 pero parece ser que tenía una salud muy delicada y ya había provocado el retraso de varios rodajes. Por ello, no hubo grandes alarmas cuando empezó a quejarse de que sentía dolores a mitad del rodaje de Saratoga (1937), una de las producciones más importantes del estudio aquel año. El médico no creyó que fuera nada grave y se le dejaron unos días para que se recuperara, pero en realidad Harlow estaba padeciendo de uremia (una enfermedad provocada por un mal funcionamiento del riñón), que por entonces no tenía cura.
Así pues, al cabo de unos días Harlow acabó falleciendo y Hollywood perdió a una de las grandes estrellas del momento. El estudio se planteó rehacer la película volviendo a rodar las escenas de Harlow con otra actriz, pero como era tan popular finalmente prefirieron reescribir el guión para minimizar la presencia de su personaje y rodar otras escenas con hasta tres dobles.
7) Paul Walker
A veces el destino es puñeteramente irónico, como le sucedió a Paul Walker, uno de los principales actores de la saga automovilística A Todo Gas que murió recientemente en un accidente de coche. Aunque internet, esa fuente de rumores infundados que se convierten en realidad, difundió la idea de que había muerto en una carrera de coches, parece ser que sencillamente viajaba como copiloto y que su coche se estrelló contra un poste provocando la muerte del conductor y del actor.
La película que estaba filmando, A Todo Gas 7 (yo tampoco sospechaba que la saga estuviera compitiendo con Loca Academia de Policía en cuanto a número de entregas), se está completando actualmente utilizando a dobles – entre ellos sus dos hermanos – y efectos digitales.
6) Roy Kinnear
Pese a que no conocía su nombre, el rostro de Roy Kinnear seguramente resultará familiar para muchos cinéfilos, ya que participó en multitud de películas entre los años 69 y 80. El bueno de Kinnear es también uno de los pocos ejemplos de esta lista de actores que murieron literalmente en el rodaje, mientras estaban filmando.
En su caso fue en una secuela de Los Tres Mosqueteros llamada El Retorno de los Mosqueteros (1989) que se estaba filmando en España. Y todo sucedió por un estúpido problema de malentendidos idiomáticos: el equipo técnico hispano malinterpretó las instrucciones que se le dieron y limpiaron con agua una de las calles del set justo antes de filmar, dejándola mojada y, claro está, resbaladiza. Seguidamente filmaron la escena en que los protagonistas llegaban a caballo y el de Kinnear resbaló tirando al actor por el suelo rompiéndole la pelvis. Fue trasladado al hospital pero murió ahí de un ataque al corazón. Según parece, el director del film Richard Lester decidió no hacer más películas en gran parte a raíz del impacto que le supuso el desgraciado accidente.
5) John Candy
No creo que se pueda afirmar que John Candy fuera un gran actor (ahórrense el chiste), pero los lectores que tengan cierta edad le recordarán sin duda porque sus comedias aparecían continuamente en la televisión años atrás. Caravanas al Este (1994) era otra más de sus comedias en que habían decidido satirizar el mundo del western, pero no pudo llegar a completarla a causa de un infarto que sufrió mientras dormía.
El film se completó con un doble y efectos especiales de la época pero ni siquiera la morbosa curiosidad sirvió para atraer al público. Curiosamente, no fue la última película protagonizada por él que se estrenó, ya que un año después vio la luz Operación Canadá de Michael Moore (sí, ese Michael Moore), que había filmado anteriormente pero se retrasó en su estreno.
4) Oliver Reed
El actor británico Oliver Reed siempre había sido dado a los excesos con el alcohol, pero resultó muy inoportuno que decidiera sufrir un ataque al corazón en mitad del rodaje de una película tan costosa como Gladiator (2000). Para completar las escenas que faltaban se recurrió a la tecnología digital con un doble cuya cara estaba a oscuras y así luego añadirle el rostro de Reed. Para esos dos minutos adicionales se gastaron más de tres millones en retoques digitales.
Un precio alto a pagar pero que no impidió que se decidiera dedicar la película a su memoria.
3) Heath Ledger
En enero de 2008 se encontró el cuerpo inconsciente del prometedor actor Heath Ledger, quien moriría a causa de una sobredosis de diversos medicamentos. Su muerte acabó de impulsar su inolvidable actuación como el Joker en la película de Batman El Caballero Oscuro (2008), pero también provocó un quebradero de cabeza al director Terry Gilliam, puesto que estaba en medio del rodaje de El Imaginario del Doctor Parnassus (2009).
Gilliam ya había pasado por varios rodajes muy dificultosos, y de hecho uno de los motivos por los que no pudo acabar su versión de El Quijote fue la delicada salud de su actor principal… pero esto era un nuevo reto y todo apuntaba a que la película tendría que suspenderse. Por suerte, al ser un film fantástico, se le ocurrió la idea de utilizar a otros actores para encarnar el personaje de Ledger adquiriendo diferentes apariencias: Johnny Depp, Colin Farrell y Jude Law. Una solución bastante imaginativa.
2) Tyrone Power
Power era uno de los grandes ídolos cinematográficos para las jovencitas (y no tan jovencitas) en los años 40. Su destreza y agilidad le permitió destacar en películas de capa y espada, hasta el punto de que muchos le consideraban el actor más virtuoso con la espada de la época. Al igual que el ya mencionado Roy Kinnear, Power murió literalmente mientras estaba rodando una escena y, de nuevo al igual que Kinnear, dicho trágico evento también sucedió en España.
La película en cuestión era Salomón y la Reina de Saba (1959), la cual contenía una de esas luchas de espadas que tan famoso le habían hecho. Y fue precisamente rodando una de esas escenas cuando Power sufrió un infarto al corazón, en gran parte causado por haberse esforzado tanto en las escenas físicas de la película pese a su edad. Pese a que había filmado la mayor parte del metraje, el estudio decidió repetir las escenas de Power con otro actor, Yul Brinner, aunque se mantuvieron algunos planos de Power más o menos disimulados.
Una última semejanza con el caso de Kinnear: ésta fue también la última película de su director, King Vidor.
1) Brandon Lee
En cierto modo estaba obligado a incluir a Brandon Lee en el número 1 por ser la muerte más famosa y mitificada de todas. El hecho de ser el hijo de Bruce Lee y de haber fallecido en el mismo rodaje del thriller El Cuervo (1994) han hecho que su muerte sea un hecho más conocido que la propia película en sí misma. La causa fue una terrible negligencia del equipo durante una escena en que un personaje disparaba a Brandon Lee: al parecer la pistola utilizada no debía contener balas, pero por un error humano aún le quedaba una dentro, provocando la muerte del actor. No se molesten en buscar el vídeo del disparo, ya que se utilizó como prueba en la investigación y luego se destruyó.
La película se completó con un doble y efectos especiales y se estrenó con gran éxito de taquilla. Por otro lado, el actor que hizo el disparo accidental, Michael Massee, quedó traumatizado y dejó el mundo del cine durante un año. Asegura que a veces aún tiene pesadillas con ese momento.
+1) Bela Lugosi
Y acabamos con nuestro favorito absoluto. Para quienes no lo conozcan Ed Wood, está considerado (con bastante justicia) el peor director de la historia del cine, al ser el autor de una serie de películas de serie Z absolutamente terribles desde cualquier punto de vista. En los años 50, Wood tuvo la suerte de asociarse con el mítico actor Bela Lugosi, quien había interpretado el primer Drácula y luego se hizo un nombre en el cine de terror durante los años 30. Claro está, en la época en que Wood trabó amistad con Lugosi, éste estaba en plena decadencia y hacía años que ningún estudio le quería para ninguna película decente.
Cuando Lugosi murió en 1956, Wood se quedó sin el único reclamo comercial con el que contaba… ¿o no? Durante la preparación de su demencial obra de ciencia ficción Plan 9 from Outer Space (1959) tuvo la idea de reutilizar algunas escenas que había filmado con el actor años atrás e introducirlas en la trama aunque no tuvieran nada que ver. El resultado es absolutamente demencial. Las escenas de Lugosi son totalmente inconexas con la película (¿un vampiro en un film de ciencia ficción?), de hecho una de ellas se reutilizó de forma vergonzosa utilizando la voz de un narrador en off para justificar su inclusión. Pero lo mejor es que para reemplazar a Lugosi en el resto de escenas que debían rodarse Wood utilizó a un tipo que no se parecía en nada al actor y que, casualmente, aparecía siempre tapándose la cara con su capa. Tal y como suena.
El resultado es tan demencialmente divertido que ha convertido la película en una especie de clásico basura de culto.
10 + 1 